martes, 25 de marzo de 2008

Amenábar apuesta por la emoción

Es uno de los pocos directores que no necesita demostrar su talento. Tiene 32 años y es el único cineasta español que ha conseguido llevar su película hasta el puesto nº4 de la taquilla USA. Ahora se prepara para estrenar MAR ADENTRO, su cuarto trabajo, un giro en su carrera, un drama contado desde las emociones más sinceras.







En 1996 un estudiante de 23 años, tímido y con asignaturas pendientes, salía de la ceremonia del cine español con 7 Goyas por TESIS, su primera película. Entonces era un debutante. Ahora es Alejandro Amenábar, director y guionista de Los otros, la película más taquillera de nuestro cine. Un viernes de agosto, su equipo de prensa nos ha citado en un hotel de Madrid, a escasos metros donde el mismo Amenábar, siete años más joven, tenía el osado privilegio de vaciar la Gran Vía para rodar uno de los planos más reconocibles de su segunda película, Abre los ojos. Acaba de terminar MAR ADENTRO, película basada en la historia real de Ramón Sampedro, el tetrapléjico gallego al que los jueces le negaron el derecho a una muerte digna, la misma que el decidió y grabó casi de forma clandestina. Ha sido un trabajo de casi 3 años, que ahora le recompensa con otra maratón, la de la promoción, el estreno en España y la presentación en próximo Festival de Cine de Venecia, dentro de unos días. Pero el director puede con todo. O con casi todo. Ha dejado a medias los huevos revueltos del desayuno para pedirse otro café con leche. Ya está listo para hablar de la película.


-¿Cómo conoce Alejandro Amenábar la historia de Ramón Sampedro?
-Fue a partir de lo que conoció todo el mundo por televisión y por prensa. Y me llamo la atención la situación particular de este hombre, un hombre que era una especie de erudito en un ambiente rural, y que pidiera algo que nos puede parecer a nosotros tan chocante, con esa serenidad y con esa aparente lucidez. Después compré el libro, creo que después de que murió y el libro me pareció que estaba muy bien expresado todo su pensamiento. Algunos poemas me parecieron realmente buenos y pensé que estaría bien traducir ese pensamiento al lenguaje de una película. Y después estos dos años investigando un poco más su historia he ido descubriendo que había cosas muy interesantes en la vida de Sampedro y a la vez muy cinematográficas.

-¿Le impresionó ver qué se emitían por televisión los últimos momentos de Ramón?
-No porque yo creo que Ramón, muy conscientemente, grabó su muerte para exculpar y dejarnos una especie de testamento. De hecho, en televisión, no sé si porque ya venían previamente censuradas, no se emitió la agonía, que es lo realmente espeluznante, porque fue una agonía de casi un cuarto de hora.

-¿Han comprado los derechos de la historia para hacer la película?
-No exactamente. Hemos obtenido los permisos de todos los personajes reales que aparecen en la historia, y también de un poema de Ramón, del que se ha extraído el verso del título de la película, Mar adentro. Pero ahora mismo no sé si tenemos los derechos del libro...

-¿Y de su libro "Cartas desde el infierno"?
-Digamos que tenemos derecho para utilizar en la película partes o fragmentos. Pero en cualquier caso el libro está fuera de circulación, está agotado y no sé cuándo se va a editar.

-Me imagino que cuándo se estrene.
-Seguro que sí.

El trabajo de MAR ADENTRO ha tenido muchas compensaciones. La que más destaca Amenábar es la posibilidad de volver a trabajar con su amigo Mateo Gil. Juntos compartieron los buenos tiempos de la universidad y también la escritura de TESIS y ABRE LOS OJOS. Después, Mateo se volcó en su debut como director en NADIE CONOCE A NADIE, y Alejandro en su proyecto más ambicioso hasta la fecha, LOS OTROS.

- ¿Había un interés mutuo por escribir esta historia juntos?
-Por un lado nos apetecía trabajar juntos, porque con los años y después de hacer Los Otros, que era una película que ya desde el guión me la plantee yo sólo, nos habíamos distanciado un poco y esta era buena excusa para volver a vernos. Y por otro, Mateo leyó el libro de Ramón y vio que ahí había tema para una película. Y trabajando nos dábamos cuenta de que a veces, aunque lo que a él le interesaba de la historia no era lo que a mi me interesaba, sí podíamos encontrar un punto común en el que las dos partes se complementaban.

-La vida de Ramón Sampedro se puede contar desde muchos puntos de vista. El suyo ha sido hacerlo a través de una historia que destila vida y sobre todo libertad ¿por qué éste, y no otro quizá más dramático, más duro?
-Pues no lo sé. Supongo que es lo que nos pedía el cuerpo. Pero cuando estás contando una historia como ésta, si la llevas por el lado oscuro, se pierde la esencia. Yo creo en los géneros como una manera de conectar con el espectador. En el caso de Tesis o en Los otros lo suyo es conectar a través del suspense o del escalofrío, pero en el caso de Mar adentro, con una historia tan triste, me parece que cargar las tintas en eso sería como echar a los espectadores de la sala. Prefiero que conecten con lo que está ocurriendo. Además, me considero una persona bastante optimista y bastante vitalista y creo que esto se tenía que reflejar en la historia. Porque al final, cuanto más rascábamos en las experiencias de Ramón, más nos dábamos cuenta que ésta era una historia de vida, la suya y la de la gente que le rodeaba. Y porque cuando estás hablando de la muerte, inevitablemente estás hablando de la vida. Y eso también estaba en el discurso de Ramón: la desdramatización de la muerte.

-¿Han visto la película los familiares?
-Sí.

-¿Y cómo la han recibido?
-Muy bien. Les ha gustado mucho.

-¿Están contentos con su retrato?
-Sí están, contentos. Yo tenía un poco de miedo por el personaje de Jose, el hermano de Ramón Sampedro, que interpreta Celso Bugallo, pero lo ha entendido muy bien.

-El personaje de la abogada que interpreta Belén Rueda es el único de ficción en toda la película ¿por qué?
-No del todo. Se han introducido cambios y se han mezclado varios personajes porque fueron varias mujeres las que estuvieron enamoradas de Ramón. Y se han introducido cambios para que a la vez no se identifique con ninguna de ellas.

-Al principio, cuando se supo que Amenábar iba a rodar la historia de Ramón Sampedro, muchos pensaron que ésta iba a ser una simple tv movie.
- Esa es una de las preguntas que nos hicimos en su momento, ¿cómo vamos a evitar que esta película no sea una tv movie? Porque nuestra intención era llegar más al fondo de las cosas, no quedarnos en la anécdota o en la cronología de los hechos. Y después darle a la película algo que también estaba en la vida de Ramón: una ventana para el espectador, una ventana en formato panorámico, una ventana por la que se pudiera salir volando. De ahí todos esos momentos colocados estratégicamente en el guión, en los que salimos de la habitación de Ramón, que lo que hacen es que la película no se quede anclada ahí...

-¿Qué ha sido más complicado, la documentación y escritura del guión, o el rodaje?
-Lo más difícil ha sido obtener el beneplácito, o sea, los permisos de todo el mundo. Porque trabajábamos con material humano y con sensibilidades. En el caso de la familia, no hubo problemas, porque aprobaron relativamente rápido el guión. Pero había una serie de personajes con los que queríamos tener la seguridad de que iban a aprobar el guión y eso fue lo más complicado. A la hora de investigar, tuvimos la suerte de contar con la gente de DMD (Asociación por el Derecho a Morir Dignamente), en concreto con Gené Gordó, amiga de Ramón durante los últimos años de su vida, que nos ayudó además dándonos su punto de vista. Nos fue de gran ayuda para clarificar conceptos y explicarnos qué significaba o que simbolizaba cada personaje en la vida de Ramón. En eso fue muy útil. Después el rodaje ha sido el más gratificante de todos, porque había muy bien ambiente, había medios, y estábamos todos a favor de obra. La única complicación que tuvimos fue con el maquillaje, y alguna cuestión técnica, justamente a la hora de sacar la cámara por las ventanas. Por lo demás ha sido un rodaje muy tranquilo.

-Es la primera que co-produce. Eso da más nervios todavía...
-No, porque como coproductor soy un poco más dueño de mi destino. Cuando estoy en el set tengo mentalidad absoluta de productor y me peleo con quien sea para conseguir lo que quiero como director.

-Se le ha encasillado dentro del suspense y ahora rompe ese molde, aunque en realidad, le sigue dando vueltas al mismo tema, la muerte.
-Sí. Temáticamente las cuatro películas coinciden. Aunque de eso me he dado cuenta a toro pasado. La muerte es el punto fundamental de todas ellas. Lo del cambio de registro, que yo creo que sí es evidente, es intencionado. Cuando se dice que mi cine está basado en las sorpresas, en los golpes de efecto, digo que sí y que aquí el giro o el golpe de efecto es darle la vuelta y hacer una película desde otra perspectiva mucho más luminosa. A mí por lo menos me resulta muy estimulante, intentar regenerarte o reinventarte de alguna manera, aunque puedas estar hablando de lo mismo, pero hacerlo desde otra perspectiva.

-Para algunos Amenábar era un director de género. ¿Siente que con MAR ADENTRO ha aprobado esa asignatura?
-Como creador yo tiro siempre por el género. Tengo un lado muy pragmático cuando hago películas y me parece que es la mejor forma de conectar con el espectador. Y esta historia pedía otro género y otro estilo. Pero también creo que ha estado en mi cabeza, porque de niño no sólo me gustaban las de suspense: también he disfrutado con los dramas y las comedias. Y desde siempre, si los directores que más gustaban, eran Spielberg, Hitchcock y Kubrick, que yo creo que son los tres por los que decidí dedicarme a esto del cine, puedo decir que esta es la más Spielberg de todas. La que apela más a las emociones, o sea que tampoco es algo con lo que me haya sentido desconectado.

-En esa etapa precisamente, la de LOS OTROS, se habló mucho de sus posibilidades para dirigir en Hollywood. ¿Se lo ha vuelto a plantear?
- No. Y cada vez lo tengo más claro. Yo creo que la propuesta que se debe hacer uno es qué es lo que le motiva para hacer su trabajo. En mi caso, lo que me motiva es contar las historias que quiero y conectar con el espectador. Sin embargo no me motiva viajar al otro lado del mundo por mucho que se considere la meca del cine. Insisto: el viaje que hay que proponer es un viaje para el espectador, no un viaje al director. Nunca me he planteado como un fin ir a Hollywoood. Si la historia está allí, perfecto. Pero en este caso la historia no se podía ni se debía contar desde allí, sino desde aquí.

-¿Ha tenido propuestas para hacer un remake?
-No, y tampoco creo que con esta película se deba hacer un remake. Es más: cuando planteamos esta película , al principio, pensamos que para tener más dinero debíamos hacerla con una estrella de Hollywood y rodarla en Irlanda. Pero de pronto nos dimos cuenta de que Ramón Sampedro lo inundaba todo y que si no íbamos a contar su historia, entonces ¿qué nos quedaba?. Si fuera así todo el mundo estaría haciendo películas tipo Hollywood. Nosotros pensamos que sí merecía la pena contar la historia de Ramón Sampedro y contarla así, como lo hemos hecho.

-¿Era imprescindible Bardem?
-Para rodarla en español sí. En inglés se me ocurren unos cuantos actores que podrían haber interpretado el personaje, pero aquí en España por más vueltas que le dábamos, el más seguro y el más capaz de meterse a hasta el fondo en el personaje, era Bardem. Así que lo arriesgamos todo a él.

-Se presenta en el Festival de Cine de Venecia. ¿porqué Venecia y no San Sebastián?
-Pues me lo han preguntado alguna vez. Es más una cuestión de fechas. Tanto Los otros como Mar adentro se pensaron estrenar a primeros de septiembre y en ese sentido es más oportuno Venecia. Pero también se debe al interés que han mostrado por tener tanto ésta como la anterior. Pero también me gustaría estar en San Sebastián o en Cannes, que no he ido nunca.

-¿En competición?
-Me da igual.

Son las 12 y veinte de la mañana. Nos hemos acabado los dos cafés, pero todavía queda tiempo para echar la vista atrás. Le enseño una entrevista publicada por La Revista de El Mundo en 1996, después de ganar los Goya por Tesis. Está más joven, con más pelo aunque más corto, y con pelliza de ante que todavía le sirve para los ahora lejanos fríos madrileños. "Me acuerdo de estas fotos", exclama tímidamente Amenábar, que en las fotos aparece en una pose hictchockiana, con un cuchillo de cocina escondido en su espalda y mirada psicótica.

-¿Cree que ha llegado tan lejos como se proponía en esos días, en 1996?
-Creo que ni me lo he planteado, al menos a largo plazo. En realidad cuando me he planteado las películas siempre ha sido como un pasaporte para hacer la siguiente. Aunque se miro hacia atrás, lo que sí veo es coherencia, o al menos que no me he salido del tiesto. Pero nunca me he parado a pensar. Tan sólo me he preocupado de que la película funcione para tener la confianza de los productores y hacer la siguiente.

Que si hacemos caso a los sentimientos y emociones que provoca MAR ADENTRO, seguro que no le van a faltar apoyos. La película es un canto a la vida y a la libertad, rodada con mimo, con un grupo de actores bien dirigidos, que, como mínimo, no dejará indiferente a nadie. Pero eso lo decidirán los espectadores estos días.

MAR ADENTRO se estrena en toda España el viernes 3 de septiembre de 2004.

Andrés Fierro Novo. Publicado en la revista EVASION, nº 35 septiembre de 2004

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