martes, 8 de abril de 2008

MALENA ALTERIO, abducida por la tele

Nació en Buenos Aires en 1974, pero al año siguiente ya era española de adopción. Dicen que en su casa nunca se habla de trabajo, es decir, de cine, de teatro o de actores. Pero con un padre como Héctor Alterio, nos cuesta creerla. Malena (¿se puede tener un nombre más porteño?) es hija de actores y hermana de otro actor, Ernesto. Pero si la circunstancias no cambian, es más que probable que la gente les nombre a ellos como el padre o el hermano de Malena. Hay una razón y se llama televisión. Porque ella, es una de las protagonistas de AQUÍ NO HAY QUIEN VIVA (Miércoles a las 21.40 en Antena 3), la serie más vista del momento, la que más gusta y la que más y mejores elementos de la comedia española condensa. Ha sido el salto definitivo de Miramón Mendi (la productora del ventrílocuo y showman José Luis Moreno) al terreno de la ficción. Entre grabación y grabación, la actriz nos dedicó unos minutos de su tiempo, muy cerca de su casa, en la madrileña plaza de Ópera. Y sentada en el café del mismo nombre dejó entrever algunas de sus armas: sinceridad, timidez y muchas ganas de trabajar.

¿Le queda tiempo para hacer otras cosas, además de la serie?

La verdad es que la serie abduce bastante. Podría hacerlas porque me las han ofrecido, pero eso supone estar un poco mal en los dos lados, al menos en mi caso. Hay gente que todo terreno, que lo hace todo y no le supone nada, pero en mi caso no. En mi caso, es que la serie me quita mucho tiempo, pero yo encantada de que me quite todo el que haga falta.

Y además da de comer.
Claro, y es mi primer protagonista en televisión, aunque es una serie muy coral, pero es el primer personaje fijo que tengo en la televisión, y la serie y los guiones son geniales. Me gusta mi personaje, me gustan mis compañeros, de dinero estoy contenta porque es la primera vez que en año y algo, que es lo que llevamos trabajando, tengo un sueldo cada mes: eso no me había pasado a mí en la vida. Vamos que reúne todas las características para que esté contenta. Siempre hay pros y contras, pero me pueden mucho más los pros.

Después está este fenómeno de la popularidad, de que la reconozcan. ¿No le parece todo un poco extraño?
Sí que lo es, y todavía lo estoy investigando. Hoy es jueves y ayer se pasó la serie, así que me saludan, me paran, pero sobre todo la gente que no es de Madrid. Hoy me han parado tres y uno era de Cádiz. He ido al mercado y la de las verduras me ha felicitado por el capítulo, que se lo había pasado muy bien. Pero lo bonito es que te saludan creyendo que te conocen y te dicen 'hola, ¿qué tal?, bien, bien'. Es como estar en un pueblo donde supuestamente conoces a todo el mundo, pero en realidad te conocen ellos a ti, porque tú no conoces a nadie. Lo que llevo mal es cuando me miran y no dicen nada. Prefiero que me digan algo a que no me digan nada y se queden señalando como si yo fuera un holograma.

Es el poder de la televisión.
Es increíble lo que hace. Te metes en la casa de la gente a las nueve de la noche y es super poderosa y llega a muchísima gente.

Ahora a más de siete millones de españoles, según los datos.
Creo que hace dos capítulos se llegó a picos de diez millones. Da un poco de vértigo que te vea tanta gente y que estén pendientes de lo que haces y de lo que no haces. Pero yo casi prefiero no pensar en eso, porque es un poco delirio. Prefiero hacer lo que tengo que hacer y punto. No pensar que hay diez millones viendo eso, porque si no me bloqueo.

Es una de las series más corales que se han hecho en España.
Al principio éramos muchos, pero es que ahora somos más. El elenco inicial era el perfecto. Con esto no quiero decir que los que se hayan incorporado después no me gusten, porque me encantan, pero creo que el número y la cantidad y cómo estaban colocados, me encantaban. Pero claro, somos muchos y cada uno tiene sus intereses, sus historias, sus movidas y es muy difícil mantener a tantas personas juntas durante tanto tiempo.

Ser muchos también puede tener ventajas, como por ejemplo tener menos trabajo.
Lo parece, pero es que luego estamos todos muy presentes en todas las historias, o en casi todas. Lo que pasa es que no con la misma intensidad. A lo mejor sólo tenemos una frase. Pero eso se compensa con situaciones con más chicha. Lo cierto es que esta serie está hecha para ser una serie coral, en realidad la serie gira alrededor del edificio, y así lo han querido los creadores.

Ahora van ya por la tercera.
Estamos en la tercera temporada y grabando el capítulo 40.

¿Tiene claro que va a seguir en la serie?
En mi caso, si me quieren, yo les quiero. Estoy encantada y todavía tengo cuerda para rato. Además es que me lo paso muy bien haciéndola, así que estoy dispuesta a seguir varias temporadas más.

A raíz del éxito, ¿le han ofrecido trabajar con Fernando Tejero, la otra revelación de la serie?
Pues no, por ahora no. Algo de publicidad sí, pero de cine no.

El problema de personajes tan potentes, es que después los directores sólo quieren que haga de Belén ¿le molestaría?
Sí, pero soy joven y si me llaman mucho para hacer personajes de este tipo todavía no me preocupa. Ya he hecho cosas distintas y por ahora no. Pero si llevo o me salen tres películas y las tres hago lo mismo, seguro que sí. Pero por ahora no. (Sonriendo con timidez) Lo que sí me preocupa es que no me llamen, pero para ningún papel.

En el caso del cine sus trabajo si que han sido diferentes: primero en EL PALO (1999, Eva Lesmes), una película sobre cuatro mujeres abocadas a dar un golpe para salir de hoyo. La más reciente LAS VOCES DE LA NOCHE (2003, Salvador García Ruiz), un drama rural con mucha melancolía de por medio.
No tienen nada que ver los trabajos de esas dos. Ni con la de una película que se estrenó casi de 'extranjis', CÁSATE CONMIGO MARIBEL, o con el de TORREMOLINOS 73, que es un papel pequeñito, muy divertido, para el que me peinaban de arriba abajo y me ponían uñas postizas y esas cosas, tampoco tenían nada que ver.

En EL PALO era de callejera desaliñada, con el pelo muy corto y muy poco favorecida.
Sí, pero a mí encanta. Me parece genial poder hacer ese tipo de personajes callejeros, vagabundos. Me mola más hacer ese tipo de cosas que ir de guapa. Además que ir de guapa es superdifícil, y sacrificado. En la serie, estoy encantada. No es que vaya hecha un adefesio, pero soy más normalita. Mi compañera Laura Pamplona, por ejemplo, tiene que ir de punta en blanco, superpintada, y supermaqueada... Así que digo, 'menos mal que voy de sencilla', porque ya es sacrificado.

¿Os conocíais?
No, que va. A Laura la conocí a raíz de la serie. Y desde el primer día que nos dijeron que teníamos que vivir juntas y que íbamos a ser pareja en la serie, nos juntábamos para ver un poco el guión qué hacer y además fue un poco flechazo.

Con tres actores en casa, es extraño que no hayáis coincidido los tres.
En septiembre rodamos un corto que se llama Entre nosotros, que todavía no se ha estrenado. Es de un chico que se llama Darío Stegmayer, que hice otro con él que se llamaba EL BALANCÍN DE IVÁN que fue muy premiado y gustó mucho. Y con el dinero que sacó de él ha hecho éste, en el que estamos mi padre, mi hermano, Mariví Bilbao (de la serie Aquí no hay quien viva) y yo. Además, mi hermano sí que ha trabajado con mi padre en la última de Inés París y Daniela Fejerman, Semen. Pero yo sólo en el corto.

Quien sabe, lo que le depara el destino a esta chica con nombre de tango, que ahora se despide para comer, echar una siesta y leerse el guión con las nuevas secuencias que rodará mañana. Así hasta que le lleguen las vacaciones, porque aunque hoy está algo cansada, ganas de trabajar no le faltan.

Andrés Fierro Novo. Publicado en la revista EVASIÓN, nº38, Diciembre de 2004

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