miércoles, 9 de abril de 2008

QUIJOTES en el siglo XXI

El año del centenario de esa obra única y ejemplar que es el Quijote, además de homenajear a uno de los mejores autores de toda la historia de la Literatura, también nos sirve para seguir las andanzas de otros ‘hijos de algo’ que luchan contra sus particulares molinos de viento.

¿Qué es ser Quijote, ahora, hoy, en nuestro recién nacido siglo 21?
Nadie lo sabe. Hay tantas formas de serlo como personas. Lo que si sabemos, con toda seguridad, es que no sería ni hidalgo, ni tendría como amigo a un Bachiller, y menos aún un escudero como Sancho. No lucharía contra molinos, pero sí quizá contra el sistema, contra los poderes, contra la burocracia. No convertiría a su amada en una pura entelequia, en un ente creado sobre un ideal de belleza, pero sí viviría prendado por aquella bailarina de streeptease que conoció en la despedida de su mejor amigo, y que, según él cree, se le insinúa antes de terminar la fiesta. Quijote, en el fondo y en la forma, podríamos ser cualquiera, o ninguno. Un director de cine 'peligroso', un músico antisistema o una editorial de libros que casi nadie lee, podrían ser tres buenos ejemplos.



El cineasta tocapelotas
Puede que suene a herejía, pero si tuviésemos que elegir a un Quijote moderno, a un tipo luchador, empeñado en una batalla inútil (o no tan inútil) contra el poder, quizá contra el mayor poder del mundo mundial, ese sería Michael Moore. No deja de ser curioso, que Moore comparta actitudes con el hidalgo, y sin embargo su físico nos recuerde más a su fiel escudero Sancho. Este director, productor y guionista, provocador y respondón, que se ha convertido en la pesadilla de muchos políticos, y en la mosca cojonera particular de la familia Bush, ha puesto en marcha una máquina que más que crear, incentiva y promueve posturas.

Pero, ¿quién es en realidad Michael Moore? Su biografía está más cerca de la de un comunista europeo de lo que pensamos. De entrada nació y se crió en Flint (Michigan); a los 14 años asistió a un seminario católico, donde estudió para convertirse en sacerdote y a los 18 años su vocación dio un giro inesperado al ser nombrado director de su escuela, por lo que se convirtió en uno de los más jóvenes funcionarios públicos de Estados Unidos. A los 22 años fundó The Flint Voice, uno de los diarios alternativos más respetados del país. A mediados de los años ochenta fue productor, director, autor y presentador de la serie televisiva galardonada con un Premio Emmy, TV Nation.

En 1989, Michael Moore dirigió Roger & Me, una película que narraba su odisea personal para entrar en contacto con el presidente de la General Motors, Roger Smith, al que quería pedir explicaciones sobre las desastrosas consecuencias que la reestructuración de General Motors había tenido sobre su ciudad natal, Flint (Michigan). Los beneficios que produjo fueron aportados por Moore para la creación del Center for Alternative Media, una fundación que ha empleado más de medio millón de dólares para subvencionar las obras de directores noveles o las actividades de grupos que trabajan en asuntos sociales.

En su segundo documental, The Big One (1998), sacaba el hacha de guerra contra la marca de ropa deportiva Nike, dejando al descubierto que la multinacional utilizaba niños como fuerza de trabajo barata en Indonesia. En los años 1999 y 2000, ha producido dos temporadas de la serie televisiva The Awful Truth, una serie de televisión que en España emite AXN.

Además de su éxito como cineasta, Moore es uno de los autores de no ficción más leídos en Estados Unidos con dos grandes éxitos de ventas: Estúpidos hombres blancos ( 2003) y ¿Qué han hecho con mi país, tío? (2004). En 2002 dirigió el documental Bowling for Columbine, y en la ceremonia en la que gano Oscar a la Mejor Película Documental, la armó, con la famos frase de “avergüéncese, Señor Bush”. Tras más de un año de cuidadosa investigación dirigió Fahrenheit 9/11, galardonada con la Palma de Oro del Festival de Cannes de 2004. Michael vive con su mujer, Kathleen Glynn, y la hija de ambos, en Nueva York y Michigan. Y no sabemos cual será su próximo objetivo, pero seguiremos informando.


El músico loco
La historia de la música está escrita por rebeldes e inconformistas. Bob Dylan fue un buen ejemplo, aunque su actitud fue más bien la de un letrista escéptico y pasota, más que la de un activista luchador. John Lennon se desvinculó de los Beatles para seguir un camino mucho más inconformista. Y aunque un loco fanático le arrancó la vida de cuajo, las consecuencias de sus acciones, de sus letras y de su música han llegado hasta nuestros días. Ha habido muchos, pero de todos, nos quedamos con uno muy cercano: un hijo de emigrantes españoles, ella vasca, el gallego. Criado musicalmente en las parisinas calles de Sevres, allá por 1971, Manu Chao se ha convertido en un trotamundos inquieto, un clandestino en tierra de nadie. Su lucha: primero las grandes multinacionales discográficas, después el capitalismo en general, la tortura y, más recientemente, el desigual reparto de la riqueza en todo el mundo y en América Latina en especial.
Sus andanzas con la Mano Negra por todo el continente, con dos extenuantes giras, primero en barco (CARGO TOUR 92) y después en tren (TREN DE FUEGO Y HIELO) se hicieron famosas en todo el mundo. Entre sus pecados: funcionar sin manager y desafiar a la industria musical dando conciertos gratuitos a su antojo.

Tras las polémicas dentro del grupo, las deserciones y los problemas, Manu se establece en Madrid, para después viajar por Senegal, Mali y finalmente Sudamérica. Fruto de ese viaje surge Clandestino, un disco de bajo precio pero de altísima calidad, hasta hoy la cumbre musical del propio Manu. Con él abre caminos para nuevas fusiones y consigue un éxito de ventas inesperado para un disco sin apenas promoción.

En lugar de invertir el dinero en restaurantes, hoteles o inmobiliarias, Manu vuelve a la carga con otro festival, A feira das mentiras. La Feria debía ser como un espectáculo circense que se acerca a las ferias de las localidades que visita uniéndose a las fiestas de cada población como las del barrio barcelonés de Nou Barri o las fiestas de Santiago de Compostela en julio coincidiendo con la celebración del campeonato mundial de fútbol en Francia, deporte del que es un gran entusiasta Manu. Los espectáculos malabaristas, los desfiles de carrozas, las degustaciones gastronómicas e incluso un campeonato de futbolín al que acude el inventor español del juego y, por supuesto, las actuaciones musicales serán los componentes de la feria, en la que de nuevo Manu se enfrenta a la falta de presupuesto y de patrocinadores, saliendo adelante de nuevo con la ayuda de muchos amigos que trabajan y participan en la feria de manera gratuita.

Su siguiente éxito será Próxima estación: Esperanza grabado, como el anterior, en un pequeño estudio que tiene en su casa y en el que han vuelto a colaborar gran cantidad de amigos de Manu.

Esa actitud quijotesca le traído más de un susto a este parisino rebelde. Pero también le ha convertido en una especie de ídolo para jóvenes frustrados por la realidad social: su mensaje es directo, sus canciones sencillas, sus letras efectivas y su ritmo es pura fiesta y diversión. En otras palabras, su música es el ejemplo palpable del espíritu quijotesco: “Llaneza muchacho, no te encumbres, que toda afectación es mala”. Su última propuesta es la presentación de un libro-disco, Siberie m’etait contèee, ilustrado por Worziak, y aderezado con 70 minutos de música repartidos en 23 canciones. Un esperado regreso para este delirante y singular músico que vuelve a deleitarnos en su lengua de infancia, la que mejor domina, el francés.

Editar en Ocho y Medio y contracorriente
Casi escondida, custodiada por la presencia de cuatro pequeñas multisalas de cine en versión original (Renoir, Alphaville y Princesa), se encuentra un pequeño oasis literario dedicado a los cinéfilos que se llama OCHO Y MEDIO. Su nombre, homenaje más que explicito a la película de otro genio incomprendido, FELLINI 8 ½, despeja dudas y evita confusiones. Aquí se venden libros de, por y para el cine, y todas las facetas audiovisuales con él relacionadas. Lo regentan, con bíblico nombre, Jesús y María.

Empezaron hace unos cuantos años en un pequeño local ‘incrustado’ en los cines Alphaville. Allí estuvieron durante año y medio. Hasta que la situación económica les permitió mudarse a un local cercano, unos metros más arriba, en la misma calle Martín de los Heros (muy cerca de la Plaza de España). Pasaron de cuatro estanterías a un sinfín de librerías repletas. Hace apenas cuatro años estrenaron nueva sede, más grande y espaciosa, justo frente a los mismos cines que les vieron nacer.

La librería les ha obligado a renunciar a muchas cosas, pero también les ha permitido hacer amigos. La prueba es que Jesús aparece con el teléfono pegado a la oreja, y dos horas después, sale por la puerta enganchado a peticiones de libros, de ediciones o de viajes para presentaciones. La tranquilidad del sencillo librero ha dejado paso a la inquietud de un editor, con una actividad sin fin. Y entre llamada y llamada todavía le sobra un minuto para recomendar una biografía de Cary Grant recién llegada, o la edición de lujo del guión de HABLE CON ELLA de Almodóvar. Lo suyo es pasión cinéfila: “Nuestras dificultades han sido siempre las económicas. Yo no edito más por que no recuperamos el dinero. Gastamos más que ingresamos”. El dinero salió de hipotecar su casa y ahora consiguen pagar los gastos de lo que editan con la librería. “Empezamos como de prueba, apoyados por amigos. Entonces no decíamos que no a ningún libro. Ahora nos llegan tantos, que tenemos que elegir. Es como un gigante con pies de barro: todo el mundo cree que es necesario, pero la rentabilidad es nula. En recompensa por ese esfuerzo, la Academia del Cine Español, les ha concedido este año el PREMIO GONZÁLEZ SINDE por su aportación a la industria cinematográfica. Pero el premio, nos cuentan, es un simple diploma (un papel que tienen en sus vitrinas, como si de un escapulario se tratase) sin ninguna dotación económica. Aunque no se quejan, porque saben que a la Academia no está como para tirar la casa por la ventana.

Su criterio a la hora de editar, es primero ver la película. Aunque a veces, y de ello presumen, lo hacen por amistad, bien con productores, guionistas o directores. Eso supone que muchas veces, las más, los guiones no se venden como a ellos les gustaría. “Hay libros de cine que seguramente otras librerías vendan más que nosotros, pero que cuando pasan 3 o 4 meses ya no se pueden encontrar. Pues esos son los que nosotros tenemos, además de las novedades. A veces hasta te da pena vender un libro que lleva muchos años contigo, y cuando lo vendes lo vuelves a reponer”.

Su primer libro, como no, fue una película, es decir, el guión de LA LENGUA DE LAS MARIPOSAS. Y el ‘culpable’ fue Enrique López Lavigne. Por eso, en parte como una deuda adquirida, han editado el guión de EL FABULOSO MUNDO DE POCHOLO Y BORJA MARI, la película que Lavigne ha escrito y dirigido junto a Juan Cavestany. El segundo fue el de Mateo Gil, NADIE CONOCE A NADIE. Los dos se hicieron en co-producción con Sogecine. Pero con el tiempo, han optado por desligarse para preservar su independencia. No fue un éxito rotundo, pero tampoco un fracaso, tal y como vaticinó Rafael Azcona, guionista de LA LENGUA DE LAS MARIPOSAS, que el día de la presentación, con Manuel Rivas (autor de la novela) al lado, espetó: “me parece absurdo que alguien edite los guiones, porque no sé quién se va a leer eso”. Pues en ese desatino andan todavía Jesús y María, los dueños de estos Ocho y Medio millones de libros, los que algún día habrán vendido.

Andrés Fierro. Revista EVASIÓN nº 41, Marzo de 2005




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